Cómo hacer esquejes de marihuana de manera sencilla
Una vez que el lugar de trabajo esté preparado, y la planta madre seleccionada, es el momento de extraer los clones. Para ello utiliza el bisturí, previamente desinfectado, y corta los extremos de las ramas, dejando tres nudos en cada clon. Hay que tener en cuenta que la punta de las ramificaciones más antiguas es la parte que enraíza con mayor facilidad.
Una vez cortados, se pueden depositar en un recipiente con un poco de agua (1/4 de su capacidad total). Para que un clon sea viable, el diámetro del tallo debe tener un mínimo de 3 a 6 mm, si su altura aproximada es de 10 a 15 cm. Los clones más débiles podrían desarrollar raíces, pero las probabilidades son mucho más reducidas.
Al extraer los clones, hay que hacer un corte lo más limpio posible para que la planta madre y los clones no se dañen. En la planta madre se puede aplicar una pasta cicatrizante para mejorar su recuperación general y para que las pequeñas "heridas" generadas al realizar el corte desaparezcan lo antes posible. No hay que olvidar que estas pequeñas heridas son una puerta de entrada para muchas enfermedades (hongos, etc).
Luego, se puede devolver la planta madre al lugar en el que se encontraba inicialmente, para posteriormente continuar con la preparación de los clones para su enraizamiento. Antes de seguir con la siguiente fase hay que preparar las pastillas jiffy, los cubos de lana de roca, etc. Si se trabaja con pastillas de turba deshidratada (jiffy), lo mejor es utilizar un recipiente con una capacidad aproximada de 10 L y llenarlo con agua templada.
Hay que colocar los jiffy dentro del recipiente con agua templada, añadir vitamina B y dejar que se hinchen (suelen ser suficientes entre 20 y 30 cm). Es importante utilizar un recipiente lo suficientemente grande ya que las pastillas de turba incrementan considerablemente su volumen cuando se empapan de agua.
El agua templada acelera la preparación del sustrato. En cuanto a los cubos de lana de roca, hay que dejarlos durante 1 hora aproximadamente en agua con un pH 5,5 que contenga vitamina B.
En el caso de utilizar sustrato, se aconseja realizar un pequeño agujero, con la ayuda de un bolígrafo o de una herramienta similar.
Lo ideal es que el diámetro del agujero sea superior al del tallo del clon para facilitar su inserción.
Antes de colocar el clon en el soporte elegido, hay que realizar un corte transversal limpio (45º) a ras del tallo del último nudo del clon, y luego sumergir la base del tallo (unos 2-3 cm) en la hormona durante unos 5 segundos.
Finalmente habrá que colocar el clon en el sustrato elegido a una profundidad de unos 4 cm.
Te recomendamos que entierres la base del tallo, colocando por lo menos un nudo bajo tierra, dos sería lo ideal porque así se facilita enormemente la aparición de raíces. También habría que cortar las puntas de las hojas en horizontal (50% de su tamaño inicial), ya que así se reduce la transpiración/deshidratación y el estrés, y el enraizamiento del clon es más rápido.
Te aconsejamos que utilices una iluminación permanente que se corresponda a la de la fase de crecimiento, es decir 18 horas de luz por 6 horas de oscuridad. Introduce los clones en un mini invernadero, procurando que las pequeñas ventanas laterales estén cerradas los dos primeros días para alcanzar un nivel de humedad cercano a un 90-95%.
Hay que intentar mantener un nivel de humedad cercano al 80-85% durante la siguiente semana, y no debe de bajar de un 70-75%. La temperatura deberá estar entre 24 y 28ºC y hay que intentar que sea estable, lo que incrementa las posibilidades de éxito. Si el espacio de cultivo es demasiado frío, habrá que utilizar necesariamente una alfombrilla calentadora, un complemento muy eficaz.
Atención, es obligatorio analizar el estado de los clones a diario, para empezar es necesario quitar la cubierta del mini invernadero una vez al día, como mínimo, para ventilarlo. De lo contrario podría aparecer moho en el sustrato por falta de renovación del aire y los clones morirían asfixiados.
En segundo lugar, es esencial verificar a diario que los clones están lo suficientemente húmedos, y, en caso contrario, habría que pulverizarlos, a ser posible, con agua filtrada o mineral. Puede que algunos esquejes se marchiten al principio, pero deberían recuperar su vigor al cabo de unos pocos días. Si no evolucionan positivamente en unos días, será mejor tirarlos y preparar unos nuevos.
Normalmente las primeras raíces deberían empezar a brotar en un plazo de 1 a 3 semanas. Entonces las puntas de las hojas amarillean, las raíces muestran tal vigor que atraviesan los agujeros de las pequeñas macetas, y el crecimiento vertical ser reanuda progresivamente.
Esta reacción implica que todo está yendo bien, por lo tanto el trabajo se ha realizado correctamente.
Ahora solo falta que la masa radicular colonice el sustrato para estar lo suficientemente desarrollada y que se pueda llevar a cabo el trasplante del esqueje o de la joven planta a una maceta más grande.
Una vez que los esquejes hayan enraizado podrás continuar con la puesta en marcha de tu cultivo…
Y ya no nos queda más que desearte un buen cultivo.